Mi amigo el suboficial Espinosa

Parece ser que el vuelo a Buenos Aires no saldrá hasta las cuatro de la mañana y como me encuentro en el aeropuerto más pequeño del mundo y no hay mucho más que hacer, voy a relatar algo muy curioso que acaba de sucederme.
Resula que andaba yo buscando un teléfono público desde el que poder hacer una reserva de hotel para mañana en Buenos Aires. Varios teléfonos estropeados, y en esto que me dá por preguntar al suboficial Espinosa.
Me acompaña a buscar más y finalmente, ante la inexistencia alguno útil, me invita a usar el de comandancia aérea.
Tras la llamada a un hotel en el cuál no disponen de habitaciónes libres, mi amigo, el suboficial Espinosa, se ofrece a ayudarme a encontrar alojamiento. Lo acepto gustosos y mi amigo comienza ha realizar varias gestiones.
No quiere extenderme contando los pormenores así que basta con decir que mañana me hospedo en el "Círculo de Oficiales" (algo así como una residencia de las fuerzas aéreas) en calidad de pariente del Teniente Ricobanda, por recomendación de nuestro amigo común el Suboficial Espinosa Rolando.
No sé si para celebrarlo voy fumarme el cohete que me regaló el remisero Pablo (otro buen amigo), o esperaré a llegar a la residencia.
Aunque pensándolo bien, no me han asegurado una habitación individual y podría darse el caso de que tuviera que compartir con alguien más del cuerpo.
Así que como no sé que intimidad tendré...
Con vuestro permiso.