Parece ser que el tiempo en esta ocasión no está de mi parte, prometo que es enorme aunque no sea capaz de registrarlo con mi cámara, el ruido es ensordecedor en varios kilómetros a la redonda y los bichos estos, parecidos a osos hormigueros pequeñitos, campan a sus anchas por todo el parque natural.

Estas son las cataratas vistas desde el lado brasileño, mañana las veré desde el lado argentino que es literalmente debajo de varios de estos saltos. Recemos para que salga el sol y pueda fotografiar el arcoiris que se forma.

Si tengo tiempo y decido quedarme un día más, hay una excursión a caballo que visita una tribu indígena (pseudoindígena) en mitad de la selva. Los llaman al móvil y si tienen un hueco te bailan unas danzas. Lo que hay que ver.

Ahh, se llaman coatíes, los animales.