lunes, 14 de julio de 2008

El valor que le damos a un lugar, perece ser que no está directamente relacionado con su belleza o con la confortabilidad que nos brinda, más bien es una cuestión empática, emocional. No son sus monumentos, su paisaje, la pulcritud de sus calles o la oferta de bares y restaurantes.
SanTelmo, uno de los barrios más antiguos de Buenos Aires, si no el que más, me pareció el sábado por la noche un barró feo, viejo y sucio. Ayer sin embargo se celebraba un mercado popular.
Grupos de músicos callejeros tocando bossa, samba o swing, "chica de ipanema", "Samba da uma nota so", "all of me"..., puestos de comida típica, artesanía y antiguedades , y un montón de gente cantando y bailando en mitad de la calle (incluso un tipo con un cartel ofrecía abrazos gratis).
En definitiva una fiesta es una fiesta aquí y en Lima y esas ganas de pasarlo bien, de disfrutar de la buena música y de asombrarse con cada novedad que ofrecía el mercadillo, era sumamente contagiosa. San Telmo parecía un barrio joven y lleno de vida.
Hoy me siento mejor con buenos aires y conmigo mismo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola!!!!


Y sì... aunque dicen que todo lo que brilla no es oro.. no todo lo opaco es gris y triste.. no crees?
Quizàs.. el diamante se oculte dentro del carbòn....

BIENVENIDO!!!!

Espero que vengas a visitarnos a La Plata.... acà te esperamos con Noe.. para conversar un rato, tomar algo y pasear....


No puedes no conocer La Plata si vienes a Argentina....


Que disfrutes de tu viaje.. q te sirva de cable a tierra,,, q te despejes... q juntes emociones... q te sirva de experiencia....

Besos!


Naty...