martes, 9 de octubre de 2012

Trinidad




Hermosa ciudad de la provincia de Santi Espíritu, a trescientos cuarenta kilómetros de La Habana y tan solo cuatro del mar Caribe. 

Asentada sobre la ladera de una montaña fue avistada desde el barco por Colón en su primer viaje alrededor de la isla y fundada por Diego de Velázquez en 1514. Qué curioso, fundó una ciudad que ya estaba fundada por los indios Taínos  y no se había dado cuenta...(como siempre Les Luthiers) 

Ciudad colonial que albergó las tres mayores fortunas indianas de siglo XIX . Justo antes de que España perdiera la isla e iniciara ese proceso de empobrecimiento paulatino que nos ha conducido a un cincuenta por ciento de paro juvenil.(por buscarle una causalidad a las cosas)

Enormes casas con muebles decimonónicos y preciosas calles empedradas sobre la que, como toda Cuba, es normal ver rodar autos de los años cincuenta. Hoy he estado fotografiando un Ford Fairline 500 del 55 que a Juan Antonio le hubiera encantado ver.

Mi cena de despedida de la ciudad y de Cuba; mariscada con langosta y camarones, arroz congry, yuca, aguacate, col, pepino... Auténtica comida criolla (todo por unos 8 euros) Comida criolla que curiosamente pocos cubanos pueden permitirse y que hasta hace muy poco, como en el caso de la langosta, era ilegal que ellos comieran.Comer ternera, por ejemplo, sigue estando penado. Pillarte con varias libras de carne en casa puede suponerte veinte años a la sombra. 

La sensación como siempre es de tremendo contraste, una cultura extraordinaria, una enorme generosidad de carácter, una gastronomía deliciosa y sin embargo una pobreza lamentable.Uno piensa en Camboya y su feto de pato como delicatesen nacional y entiende que no prosperen pero ¿Cuba?

No hay comentarios: