jueves, 30 de julio de 2009

Ha sido extraordinario el ensayo de hoy, aun me siento bastante perdido con este personaje pero al menos un par de minúsculos descubrimientos sobre él han tenido lugar en esta jornada. Nos quedan treintaicinco días más.

Como ya decía el otro día, estudiar a este tipo "el cliente" desde su frustración puede ser mucho más eficaz y desde luego en esta ocasión más que en ninguna otra. Andrés (como pide a su puta que le llame) es un tipo profundamente atormentado, incapaz de conectar con el prójimo porque no consigue aceptar lo realmente es.

Su perversión no es más que la necesidad de encontrar aquello que la vida le ha robado "la verdad". Necesita conectar con la chica de una manera que solo tendrá lugar una vez que la despoje de toda máscara. Quiere a una puta pero necesita que deje de serlo y además no por voluntad propia sino porque él consiga arrancarle la máscara. Necesita atormentarla, le gusta su miedo y sobre todo le excita su vulnerabilidad.

Ella no lo entiende pero conecta de algún modo con esa necesidad. Absurdamente cree que no es una puta. De la misma manera él no acepta lo que es.

Así que me voy a la cama tranquilo porque por lo menos empiezo a entender a este hijo de puta. Ahora habrá que defenderlo.

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