sábado, 28 de julio de 2012

Una entrega más.

Así pues hoy he comprado definitivamente el billete Madrid-La Habana con ida el 4 de septiembre y regreso el 1 de octubre. En estos tiempos que corren es una suerte poder hacer un viaje así y quizá hasta una temeridad. Como siempre será un viaje y no una estancia, La habana, Cancún, Cozumel, Veracruz y quién sabe que otras ciudades.

Este año, con los dos nuevos proyectos más un tercero en otoño, hemos doblado la facturación de la compañía y nos hemos promocionado a nivel nacional con el Festival Internacional de Teatro Romano de Mérida. ¿nos encontramos mejor? Sinceramente hoy no lo sé.

Mientras los políticos por su afán de salir en las foto como grandes gestores y liquidadores de la mezquina política de subvenciones que no hacía más que crear un pueblo subsidiario sin capacidad de ganarse el pan con su propio trabajo, en cuestiones culturales y en Extremadura deciden contratar los servicios (que no por supuesto subsidiar) a una empresa foránea, de las mejores eso sí de todo el panorama nacional para que con el dinero del estado sufrague los gastos de un festival que trae, turistas, atención sobre la ciudad y que ofrece una propuesta cultural mas o menos digna a la ciudadanía extremeña.

Es decir, que las virtudes de la gestión de nuestros políticos liberales es la de dar el dinero a otros (mas preparados que ellos) para que hagan lo que ellos no saben hacer.

Será un gran festival eso sin duda pero lástima dará ver ponerse la medalla a los mismos políticos que de la misma manera que ponen dinero por adelantado para que alguien les saque las castañas del fuego, son incapaces de organizar su cortijo para que cientos de profesionales puedan cobrar un trabajo realizado meses atrás.

Hoy siento asco por la política cultural de mi región, por el papanatismo, por el provincialismo que prefiere una gran diva en un festival de verano que decenas de compañías haciendo un trabajo digno para un pueblo que seguramente está necesitado de cultura hoy más que nunca.

Todo esto viene porque me voy sin saber si quiera si habré cobrado mi trabajo de seis meses atrás cuando esté allí, precisamente sin saber si el año que más trabajo hemos dado a otros compañeros, que más horas hemos robado a nuestras familias, que más de nosotros hemos entregado a esta tontería absurda de hacer teatro, seguirá siendo un año miserable, dedicada a una profesión miserable, que en circunstancias miserables sigue dependiendo de políticos papanatas, provincianos y de foto fácil, con coches oficiales, dietas por asistir a manifestaciones, con sueldos vitalicios y con la escasa sensibilidad que demuestran al asistir a los estrenos y negar respuestas los profesionales que únicamente quieren cobrar por el trabajo realzado.

Pues eso que me voy, que no he podido contenerme, que lo necesito, que no os aguanto a ninguno.

Y si me pierdo por una perdida isla caribeña...que no me busquéis.




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